Lo que comenzó como un intento de la dirigencia de Independiente Petrolero por imponer disciplina y «limpiar la casa» se ha transformado en una crisis de credibilidad. La separación de Mauricio Chajtur, Wilfredo Soleto y Edwin Rivera ha destapado un profundo conflicto que va más allá del rendimiento deportivo, exponiendo acusaciones cruzadas de abandono, falta de pago, desalojos y amenazas de demandas legales.

La Postura del Club: Cuestión de Actitud y Rendimiento

La presidenta del club, Jenny Montaño, fue la encargada de anunciar las desvinculaciones, atribuyéndolas a un bajo rendimiento y, principalmente, a faltas disciplinarias. Según la versión oficial de la dirigencia, los motivos fueron claros:

• Mauricio Chajtur: La dirigente calificó su actitud como «muy lamentable». La decisión se basó en la desobediencia a las órdenes del técnico, acusándolo de buscar un penal que no le correspondía en lugar de cumplir su función táctica. Montaño, sin embargo, negó tener indicios de que Chajtur estuviera involucrado en apuestas deportivas.
• Edwin Rivera: Su salida se debió a una falta de respeto y desobediencia directa al director técnico, quien solicitó su separación.
• Wilfredo Soleto: Fue acusado de «abandono del club». La presidenta afirmó que el jugador se ausentó a su ciudad sin permiso mientras estaba lesionado.

La dirigencia actuó de forma tajante, aclarando que se trataba de una «resolución de contrato» y no de un acuerdo mutuo, siendo una decisión «totalmente técnica y dirigencial».

La Respuesta de los Jugadores: «Sin Pruebas» y Amenazas Legales

La reacción de los jugadores fue inmediata y contundente, desmintiendo las versiones del club y apuntando directamente contra la administración.

Mauricio Chajtur, a través de un comunicado oficial, respondió a las acusaciones que, según él, manchan su nombre. Aunque la presidenta negó tener pruebas sobre apuestas, el comunicado de Chajtur se enfoca en ese rumor:

• Rechazó «categóricamente» cualquier vínculo con apuestas deportivas o manipulación de partidos.
• Acusó directamente al club de difundir «comentarios sin pruebas», dañando injustamente su imagen y reputación.
• Anunció que presentará una demanda formal por difamación y daño a la imagen contra los responsables.

El Caso Soleto: De «Abandono» a «Desalojo»

La denuncia más grave provino de Wilfredo Soleto, quien en entrevista con medios contradijo frontalmente la acusación de «abandono».

Soleto reveló que su ausencia no fue voluntaria, sino producto de una emergencia causada por el propio club: fue desalojado del departamento donde vivía.

• Afirmó que el dueño de la vivienda le cambió las chapas porque el club no había pagado el alquiler, a pesar de las promesas de la presidenta.
• Aseguró tener pruebas de sus intentos fallidos de comunicarse con la presidenta Montaño, quien «no le respondía» los mensajes ni las llamadas sobre esta emergencia.
• Reveló que la deuda del club con él es de siete meses de sueldo (dos del año pasado y cinco del actual).
• Además, justificó su ausencia por una lesión (inflamación costal) que requería 7 días de reposo, estudio que él mismo tuvo que pagar.
• Al igual que Chajtur, Soleto confirmó que su abogado procederá por la vía legal.

El «Actuar» de la Dirigencia: Disciplina en Medio del Caos

El manejo de la dirigencia de Independiente en estas separaciones ha sido de «línea dura» en lo disciplinario, pero las declaraciones de los jugadores exponen un severo caos administrativo y financiero.

Mientras la presidenta Montaño anunciaba las desvinculaciones por «actitud», los jugadores afectados denuncian un trasfondo de deudas, promesas incumplidas y falta de comunicación. La presidenta reconoció la difícil situación económica y habló de un plan de pagos, pero la denuncia de Soleto sobre un desalojo por falta de pago y una deuda de siete meses pinta un panorama mucho más crítico.

La «manera de actuar» del club, resolviendo contratos unilateralmente por rendimiento y actitud, se ve ahora confrontada por la «manera de actuar» de los jugadores, quienes se defienden no con argumentos deportivos, sino con demandas legales y la exposición de una aparente negligencia administrativa.