A solo 80 días del evento, el gobernador Luis Fernando Camacho admite un alarmante retraso del 26% en las obras. Fernando Costa, presidente de la FBF, confirma la crisis pero asegura que CONMEBOL aún confía en Santa Cruz. Se necesitan medidas drásticas para llegar a la meta.

La ilusión de Santa Cruz de la Sierra de albergar la final única de la Copa Sudamericana 2025 pende de un hilo. Las alarmas se encendieron al máximo nivel este lunes, cuando el propio gobernador, Luis Fernando Camacho, reveló en una conferencia de prensa una verdad preocupante: las obras de remodelación del estadio Ramón Tahuichi Aguilera están en «retraso crítico».

Los números son contundentes y no dejan lugar a dudas. El avance físico de la remodelación alcanza apenas un 26,30%, cuando la planificación exigía superar el 50% para esta fecha. «Si seguimos a este ritmo, llegaremos al plazo con un avance del 37,98%», sentenció Camacho, poniendo en evidencia la magnitud del problema que ya genera una profunda inquietud en la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y, por supuesto, en la CONMEBOL.

Pese al sombrío panorama, el gobernador aseguró que no bajará los brazos. «No quiero mentirles», afirmó, mientras adelantaba una de las posibles estrategias: «Hemos generado la posibilidad de bajar las exigencias de la Conmebol para poder cumplir con los tiempos». Además, apeló al enorme impacto económico del evento, con la llegada de casi 40,000 visitantes, como motor para buscar soluciones. «Sabemos que no hay plata, pero hay voluntad y creatividad», añadió, anunciando que tocará las puertas del empresariado cruceño.

La respuesta desde la FBF no se hizo esperar. Su presidente, Fernando Costa, confirmó la gravedad de la situación tras reunirse con el gobernador, pero trajo un mensaje de esperanza desde Asunción.

«Agradecemos a CONMEBOL que sigue confiando en Bolivia y en Santa Cruz», declaró Costa, quien se comprometió a hablar directamente con Alejandro Domínguez para transmitirle el compromiso renovado de las autoridades locales.

Sin embargo, la confianza no resolverá el problema por sí sola. Costa fue enfático en las acciones urgentes que se deben tomar: “Se necesita sumar más turnos en los trabajos y contar con mayores elementos de trabajo”.

El tiempo es el enemigo número uno. La advertencia del mandamás del fútbol boliviano es lapidaria y pone a todos a correr: “Tenemos 80 días para el evento y 60 para la última inspección de Conmebol”.

Con la cuenta regresiva en marcha, Santa Cruz se enfrenta a un desafío monumental. La FBF y la Gobernación muestran un frente unido en el discurso, reconociendo la crisis y prometiendo acciones. La pregunta que todo un país se hace es si la voluntad y las gestiones de última hora serán suficientes para revertir un retraso que hoy tiene al sueño sudamericano en terapia intensiva. Las próximas semanas serán decisivas.